Follando con mi abuela – Consejos para mujeres mayores de cuarenta que quieren ser conscientes del punto G

Estoy seguro de que ha estado en condiciones de observar la relación de su hijo con su madre, ya sea a través de su cuidador o mediante los medios más modernos de cuidado familiar. Si es lo último, probablemente hayas sido testigo de la dinámica que existe entre una madre y su hijo o hija, donde existe una tensión sexual innegable entre los dos. Por un lado, la madre y la hija tienen intimidad entre sí, pero también participan en actos de sexo familiar "normal": se besan, se tocan, hablan, comen. Por otro lado, este tipo de comportamiento se considera inaceptable y los resultados pueden ser desastrosos para la relación: falta de confianza en uno mismo en muchos aspectos de la vida, etc. Esto solo puede significar una cosa: la pornografía de madre e hijo es una posibilidad.

Uno de los mejores ejemplos de pornografía de madre e hijo es sin duda la abuela. La abuela, una mujer de unos cincuenta años que nunca antes había sido sexualmente activa, fue una gran estrella del porno durante su juventud, ¡y ciertamente no dudó en dejar que todos sus fanáticos lo supieran! De hecho, en repetidas ocasiones dio consejos gratuitos sobre cómo conseguir orgasmos en el punto G, y utilizó esos consejos para convencer a su hijo de "usar la cocina y el baño". (Este es el mismo consejo que me dio mi propia madre, hace años, y nunca le he hablado de él desde entonces). Por supuesto, si eres una madre que ha estado en una relación abusiva o en una situación en la que la presión realizar puede ser demasiado grande, entonces estas instrucciones son un poco redundantes.

Sin embargo, si su madre no tiene pornografía y usted es un poco tímido para ver películas pornográficas con su hijo o hija, siempre puede echar un vistazo a su colección en la computadora de casa. Te sorprendería la cantidad de pornografía que existe, en ambos lados de la familia. Muchos padres optan por mantener en secreto su uso de la pornografía, pero es importante tener en cuenta que incluso los niños mayores pueden acumular una gran cantidad de pornografía, por lo que no hay razón para mantenerlo en secreto. Después de todo, ¡es mejor ser un poco activo sexualmente que vivir en constante vergüenza y ansiedad!